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Cultura wixárika. Los chamanes que hacen arte

Foto del escritor: Monse AguilarMonse Aguilar

El pueblo wixárika ya habitaba estas tierras siglos antes de que llegaran los españoles a llamarlos huicholes. Es una pena que la palabra huichol sea para nosotros más familiar que la correcta, wixárika, y que este pueblo indígena no sea llamado por su propio nombre, que es un importante atributo de identidad cultural.


Wixárika, no huichol


Se pronuncia ‘virrárica’ y se identifican por sus alucinantes expresiones artísticas. Su nombre significa “persona de corazón profundo que ama el conocimiento”. Viven en la Sierra Madre Occidental, en los estados de Jalisco, Nayarit y Durango. Wirikuta, que se encuentra en San Luis Potosí, es uno de sus lugares sagrados, ya que fue ahí donde se llevó a cabo la creación del mundo, de acuerdo con su mitología.


Esta comunidad ha sido considerada una de las más auténticas y menos influenciadas por el cristianismo. Se dice que son quienes han logrado preservar su identidad, su naturaleza íntima y sus rituales.


Los vínculos y los lazos comunitarios


Los wixaritari (plural de wixárika) consideran al universo como un todo y así lo viven. Cada ser vivo, cada cuerpo de agua, cada roca, cada molécula de oxígeno pertenecen a un mismo pueblo, a un mismo baile y a un mismo canto.


Cultura wixárika
Haywi y Marcos, de Arte y Joyería Wixárika, en Sopa de Piedra

Para ellos, los lazos comunitarios se dan no sólo entre las personas, sino también entre el Sol y la Luna. La tierra y la semilla. El trabajo y la sequía. La prosperidad y la austeridad. Los dioses y los hombres.


“Todos compartimos un mismo mundo, nuestro mundo; en el que todo está relacionado con todo, hay vínculos que nos unen a unos con otros y, al mismo tiempo, a todos con todos”. -Luz Chapela


El niérika y el peyote


La sabiduría y conocimiento de los wixaritari camina a través del niérika, el sistema de comunicación que este pueblo ha creado.


Ellos se comunican con los dioses y con sus antepasados. Atraviesan las ruinas de la vida misma y de la historia de su pueblo. Tienen acceso a la conciencia de su gente, a la sabiduría del universo y a la renovación que se refleja en su propia existencia pasajera.


Pero ¿de qué manera logran atesorar todo ese conocimiento? La respuesta está en el hi’ikuri o peyote.


Los sacerdotes o chamanes entran en contacto directo con los dioses a través de este cactus alucinógeno, considerado una planta sagrada. Así, escuchan los consejos e historias que luego transmitirán a su pueblo.


El arte wixárika


Belleza y misticismo, técnica y complejidad: el arte wixárika es por naturaleza colorido y excepcional.


Arte huichol
Arte wixárika

Una vez más, el peyote es la fuente de sus creaciones. Todas las expresiones artísticas están basadas en las experiencias que resultan del trance místico que les ofrece esta planta. De ahí que las formas y colores sean tan brillantes, atractivos y excitantes.


La simbología también está presente. Con frecuencia se representa el Sol, el peyote, el venado, el maíz, el águila, la serpiente y el alacrán. Esta técnica se ha transmitido de generación en generación y todavía conserva casi toda su originalidad.


Con un significado que va más allá de la vida y la muerte, y un reconocimiento que rebasa las fronteras de nuestro país, el arte wixárika nos demuestra que nuestras raíces nos conectan con los orígenes, pero lejos de atarnos, nos permiten constituirnos en el cambio y la transformación.


Para que tú también te conectes con el universo, te invitamos a visitar


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